Muchas empresas desconocen las cookies de terceros que su sitio web o app instala en los dispositivos de los usuarios al visitarlos. Este tipo de tecnología de seguimiento es responsabilidad de la empresa y debe ser regulada para cumplir las leyes de protección de datos.
¿Qué son las cookies de terceros?
Primero es necesario aclarar a qué nos referimos cuando hablamos de cookies:, estos elementos son todo tipo de ficheros que se instalan en el dispositivo de un usuario cuando visita un sitio web o una app. Esta tecnología de seguimiento es la que hace posible que el usuario tenga una experiencia más fluida y personalizada al navegar por internet.
Las cookies de terceros son aquellas que crea y gestiona un dominio distinto al del sitio web que se visita. Se instalan en una web o app cuando se muestran widgets de redes sociales o reproductores de vídeo que provienen de otras plataformas o páginas web. Es decir, las cookies de terceros son un tipo de cookies que no parten del responsable del sitio o app, sino que son añadidas por parte de otra entidad, como puede ser un proveedor de servicios.
Para entender mejor qué son las cookies de terceros veremos un ejemplo. Imaginemos que un sitio web incluye un vídeo de YouTube: en este caso, YouTube puede instalar una cookie para rastrear qué vídeos verá el usuario. También se almacena información de comportamiento, como cuánto tiempo se visualiza el vídeo, si se pausa o comparte. Además, si el usuario ha iniciado sesión en su cuenta de Gmail, Google puede asociar su actividad de visualización con su perfil. De esta forma, puede personalizar las recomendaciones de vídeos y los anuncios que le muestra.
El resultado es una experiencia mucho más satisfactoria para el usuario, que ve contenido menos genérico y más personalizado. Sin embargo, también tiene consecuencias que afectan a su privacidad y que se deben tener en cuenta para cumplir con las leyes de protección de datos para empresas.
Diferencias entre las cookies propias y las cookies de terceros
Hay una serie de puntos clave que diferencian a las cookies propias y las de terceros.
- Las propias, como su nombre indica, son creadas en el propio sitio web que se visita, pero las de terceros provienen de otras páginas
- El propietario del sitio tiene control sobre las cookies propias, pero no sobre las de terceros
- Las propias suelen servir para mejorar la experiencia de navegación y las de terceros para fines publicitarios
- Las cookies de terceros suelen plantear más preocupaciones sobre la privacidad que las propias
Por ejemplo, imaginemos el caso de una tienda online que necesita recordar los productos que ha introducido un usuario en el carrito, además de sus datos de inicio de sesión. En este caso, se trataría de cookies propias y en muchos casos esenciales, siempre que sean fundamentales para que la web ofrezca aquello que el usuario ha solicitado.
En cambio, si en su sitio web hay un botón de redes sociales, para que las personas puedan decir que algo les gusta, será la red social en cuestión quien controle las cookies. Sin embargo, la empresa responsable del sitio deberá asegurarse de respetar las leyes de protección de datos.
¿Para qué sirven las cookies de terceros?
Aunque a menudo se asocian con la publicidad online, las cookies de terceros tienen una variedad de usos que van más allá de mostrar anuncios.
Estas son las finalidades más comunes de las cookies de terceros:
- Publicidad dirigida: seguimiento del comportamiento, segmentación o retargeting
- Análisis web: medición del tráfico, análisis del comportamiento, etc.
- Redes sociales: participación en una comunidad
- Personalización del contenido: recomendaciones de productos y experiencia de usuario
Ejemplos en la publicidad digital y marketing personalizado
Las cookies de terceros que se utilizan con fines publicitarios tienen un doble objetivo:
- Permiten ofrecer una experiencia más personalizada al usuario
- Maximizan el retorno de la inversión de los anunciantes
Por ejemplo, gracias a las cookies de terceros, un banner publicitario en un sitio web puede adaptar su contenido a la audiencia específica que lo visualiza. Esto permite a los anunciantes segmentar su público objetivo y mostrar anuncios relevantes a usuarios con mayor probabilidad de interactuar con ellos. De esta forma, se optimiza el gasto publicitario y se maximiza el retorno de la inversión (ROI) de las campañas de marketing.
Una vez dicho esto, es fundamental instalar cookies de terceros de acuerdo a la normativa de privacidad.
Su uso debe estar sometido a tres principios básicos:
- Transparencia respecto a las cookies del sitio web
- Recopilación del consentimiento explícito antes de instalar cookies
- Control del usuario sobre sus datos facilitados
Un uso inadecuado de estas tecnologías puede acarrear graves consecuencias para su empresa, que van más allá de las sanciones económicas y pueden afectar la confianza de sus usuarios y la reputación de su marca.
Datos que pueden registrar las cookies de terceros
Las cookies de terceros pueden recopilar una amplia gama de información sobre los usuarios. Es imprescindible que la empresa detrás del sitio web se asegure de conocer en detalle qué está recopilando y para qué fines.
Estos son algunos de los datos que pueden registrar las cookies de terceros:
- Historial de navegación
- Interacciones con anuncios
- Búsquedas en la web
- Productos visualizados o comprados
- Información del dispositivo
- Sistema operativo
- Ubicación geográfica
- Dirección IP
- Datos de inicio de sesión (en algunos casos)
- Información de contacto (si se proporciona)
- Datos demográficos inferidos
- Intereses y preferencias
- Hábitos de compra
La cantidad y el tipo de datos que recopilan las cookies de terceros pueden variar enormemente. No se trata solo de qué sitio web se visita, sino también de cómo está diseñado y qué elementos interactivos contiene.
Implicaciones de la recopilación de estos datos
Las personas que navegan online deben saber que se están monitoreando sus acciones, como los vídeos que ven o los productos que les interesan. Las tecnologías que gestionan las preferencias de los usuarios en este sentido son los plugin de consentimiento de cookies o las plataformas específicas de gestión de consentimientos (CMP, por sus siglas en inglés). Con este tipo de soluciones se puede facilitar la información al usuario y se automatiza el proceso de recopilación de consentimientos. Asimismo, esto es clave para poder llevar un registro del cumplimiento legal y así superar posibles auditorías de privacidad.
Cookies de terceros y el RGPD
Las cookies de terceros plantean importantes desafíos para la privacidad, ya que permiten a empresas externas rastrear la actividad del usuario en múltiples sitios web y crear perfiles detallados de los interesados. Por ello, el sitio web que utiliza estas cookies tiene la responsabilidad de garantizar que se cumplan las leyes de protección de datos.
El Reglamento General de Protección de Datos o RGPD y la Directiva ePrivacy obligan a las empresas a proteger la privacidad de los usuarios y a obtener su consentimiento informado antes de utilizar cookies de terceros que no sean estrictamente necesarias.
Se debe agregar un banner de consentimiento que permita que los usuarios se informen y marquen de manera explícita sus preferencias. Además, es fundamental contar con una política de privacidad detallada en el sitio que informe sobre el uso de cookies propias y de terceros.
Otro punto importante es la responsabilidad sobre los datos recopilados, ya que la empresa debe asegurarse de protegerlos con las medidas de seguridad necesarias. Esto incluye el cifrado de datos, el control de acceso a la información, la formación del personal de la empresa y las auditorías de protección de datos.
¿Qué pasa si bloqueo las cookies de terceros?
Algunas personas optan por configurar en su navegador la instalación de cookies en sus dispositivos. Al mismo tiempo, la legislación vigente obliga a incluir la opción de rechazar las cookies en el sitio, o de personalizarlas, denegando el acceso de terceros. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta decisión puede afectar a la experiencia de navegación.
Por ejemplo, la persona no podría iniciar sesión con su cuenta de Google o de Facebook, una opción de acceso que ofrecen muchos portales o apps. Además, algunos reproductores de vídeo y anuncios podrían aparecer bloqueados u ocultos.
En ciertos casos, el bloqueo de cookies de terceros también puede repercutir en el rendimiento del propio sitio web. Por un lado, hay un aspecto favorable, y es que la carga puede ser menor, generando una experiencia de navegación más ágil. El aspecto negativo es que algunas funcionalidades del sitio web pueden depender de cookies de terceros para funcionar correctamente.
Conclusión
Las cookies de terceros son herramientas muy útiles para las empresas, que permiten ofrecer una experiencia más satisfactoria para los usuarios, que se traduce en más captación y fidelización de clientes. Sin embargo, es fundamental entender y gestionar las cookies de terceros conforme a la normativa de protección de datos.
Tome el control de las cookies que comparte en su sitio, asegurándose de verificar continuamente que cumple con la legislación vigente. No dude en consultarnos para realizar una auditoría de privacidad con Usercentrics.
Descargo de responsabilidad: Usercentrics no provee asesoría legal, y la información provista tiene fines únicamente educativos. Siempre recomendamos recurrir a consultorías legales cualificadas o especialistas en privacidad en relación a las cuestiones y operaciones sobre privacidad y protección de datos.